La diversidad de alimentos y productos disponibles en el mercado, independientemente de la época del año, hace posible que nuestra despensa se muestre siempre de lo más completa y apetecible
Cuajada: un placer cremoso
Este producto lácteo se obtiene a base de coagular la leche pasterizada, ya sea de vaca, de cabra o mezclada. Para ello, se añade un fermento denominado cuajo y, posteriormente, se deja enfriar hasta que alcanza una temperatura de 35 grados. La tradición dicta que se debe elaborar introduciendo una piedra incandescente para calentar la leche, lo que también le otorgaba un característico sabor a quemado. Actualmente, es posible hacerlo con un hierro de cocina limpio para obtener ese sabor.
En España se consume y se elabora a lo largo y ancho de la geografía, aunque son la zona vasca y navarra las que poseen un mayor reconocimiento. Resulta deliciosa acompañada de azúcar, miel o frutos secos, entre otros.
Magdalenas: un dulce placer
Como desayuno, merienda o postre, las magdalenas siempre resultan deliciosas. Las hay de diferentes tipos, tamaños y sabores, y su principal encanto reside en su masa esponjosa y jugosa, que acompaña a la perfección a una taza de café o un vaso de leche.
Según la tipología, pueden aportar más o menos nutrientes: hidratos de carbono, calorías, colesterol o fibra. Por supuesto, también varía en función de si se adquieren en un supermercado o si se elaboran de manera casera, si están rellenas de crema, chocolate u otros derivados lácteos.
Cebollas: ingrediente estrella
Bulbo ancestral reconocido y admirado desde la época Sumeria, la cebolla es una verdura a la que se le atribuyen múltiples usos medicinales y que, incluso, ha llegado a formar parte de los símbolos religiosos de determinadas culturas como la druida o la egipcia. Sus aplicaciones son tan variadas como abarque la imaginación y se puede consumir tanto cruda como cocinada (frita, cocida, asada, etcetera). En cuanto a sus propiedades, está formada en su mayoría por agua, aunque también aporta hidratos de carbono y minerales como el calcio, el fósforo, el potasio y el azufre.
Existen muchas variedades, como la cebolla roja, la chalota, la cebolleta dulce o la cebollita francesa. España ocupa el quinto puesto como productor de cebollas, por detrás de países como Estados Unidos y Reino Unido.
Puerros: medicina natural
Su delicioso, y ligeramente picante sabor, es la mejor carta de presentación para esta planta herbácea de la que ya se tiene constancia desde la época del antiguo Egipto. Sus propiedades beneficiosas para el organismo son prácticamente innumerables, principalmente las relacionadas con el aparato digestivo y respiratorio.
Contienen potasio y fibra, además de aportar mínimas calorías, por lo que están indicados para problemas de estreñimiento, retención de líquidos, enfermedades de la vejiga y el riñon y dolencias como la gota o el reuma . Se pueden consumir crudos o preparados de múltiples formas, ya sea como la estrella de un plato o como el acompañante perfecto.
Morcilla: una salchicha muy española
A priori puede suscitar rechazo y pasión por igual. Sin embargo, la morcilla en España constituye un alimento tan habitual como variado. Ya sea como complemento de otros platos, en bocadillo o como aperitivo, se ha convertido en una alternativa perfecta dado su precio asequible y sus posibilidades.
La morcilla se elabora a base de sangre, manteca de cerdo, arroz, cebolla y otros condimentos. Una de las más afamadas es la de Burgos, aunque tampoco hay que olvidar las variedades de Leon, Palencia o Valladolid. Mención aparte merecen, también, las morcillas secas de Murcia,la patatera, la manchega o la morcilla dulce de Canarias. Pero con cuidado, su consumo debe ser más que moderado
Barritas de cereales: energía todo el día
Creadas inicialmente como productos para deportistas debido a su composición nutritiva, se trata de una alternativa perfecta para picar entre horas junto con fruta, por ejemplo. Son ricas en hidratos de carbono por lo que aportan una gran cantidad de energía, y también contienen vitaminas y hierro.
Prácticamente están exentas de grasas y de colesterol, lo que las convierte en un piscolabis perfecto para grandes y pequeños a cualquier hora del día
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Verdadero o falso:
El yogur
Este alimento milenario, cuyo origen algunos sitúan en Turquía mientras que otros lo ubican en los Balcanes, Bulgaria o Asia Central, es en la actualidad en nuestra sociedad un producto de amplia aceptación y consumo, y en los últimos años, se ha convertido en uno de los alimentos más habituales de la dieta cotidiana de personas de todas las edades. Las grandes virtudes atribuidas al yogur se fundamentan en que, a las ya conocidas propiedades nutricionales propias de la leche, aporta beneficios biológicos o bacteriológicos como consecuencia de la presencia de microorganismos en su composición.
Falso Todas las leches fermentadas son yogur
Según la Norma Española de Calidad para el Yogur los únicos microorganismos aceptados como cultivo iniciador para la obtención de yogur son Lactobacillus delbrueckii subsp. Bulgaricus y Streptococcus thermophilus. También dice que deben existir alrededor de 10 millones de bacterias lácticas específicas par cada gramo de yogur. La leche se puede fermentar con otros muchos microorganismos. Hablamos entonces también de leches fermentadas, pero no de yogur.
Falso Los límites en el consumo de yogur son muy estrictos
La cantidad recomendable de yogur a tomar a diario puede depender de múltiples factores, como el consumo de otros tipos de alimentos lácteos, las necesidades de este tipo de alimentos, las otras fuentes dietéticas de calcio, la presencia o no de contraindicaciones ... por lo que resulta difícil establecer una pauta general. Pero de una manera general, se puede afirmar que reservar un espacio para dos yogures diarios puede ser una buena medida en la planificación de muchas dietas saludables.
Falso El "yogur" de soja es más saludable
La soja es una legumbre de extraordinario valor nutritivo. De ella se obtienen muchos productos derivados, siendo uno de los más populares la bebida de soja ("leche" de soja). A partir de ella y con la adición de fermentos se obtiene el mal llamado "yogur" de soja. Pero, ¿que fermentos? Los fabricantes no los especifican y, por tanto, no pueden conocerse ni los tipos ni sus efectos. Es cierto, por otro lado, que la ausencia de grasas animales y colesterol, y también de lactosa, son rasgos distintivos de este tipo de producto.
Fuente: Cocina Sana y Natural
Francesc Fossa Especialista en dietética
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