El dolor es uno de los síntomas más sensibles a la alimentación. Los expertos coinciden en que las neuronas son las células que mas acusan una alimentación desequilibrada o con carencias.
Ciertos alimentos pueden disparar la liberación de mensajeros químicos entre las neuronas que hacen que la sensibilidad al dolor sea mayor. Las enfermedades que cursan con dolor y que más se benefician de una alimentación adecuada son las fribroreumáticas (fibromialgia, artritis reumatioide y lupus eritematoso sistémico, por ejemplo), de modo que las personas que sufren dolor crónico derivado de estas enfermedades deben cuidar su alimentación, especialmente en lo que se refiere a los alimentos ricos en vitamina B. Sin embargo, los productos con un mayor contenido de esta vitamina son las carnes animales, por lo que lo ideal es aumentar la cantidad de cereales enriquecidos en vitamina B, para evitar una ingesta excesiva de las grasas que contiene la carne.
En general, se recomienda que la dieta de una persona afectada de dolor sea rica en frutas y verduras -excepto tomates y patatas-, aumentar las grasas insaturadas tipo Omega 3 a través del pescado azul, evitar alimentos ricos en levadura -como la cerveza¬, reducir los lácteos y los hidratos de carbono y eliminar ciertos edulcorantes artificiales como el aspartamo.
En resumen, una dieta apropiada para una persona con dolor sería pobre en azucares y lacteos, aunque rica en grasas derivadas del pescado y algunos frutos como el
aguacate.
ALIMENTOS NEUROTÓXICOS
Algunos investigadores señalan a ciertos componentes de los tomates, patatas y zanahorias como agentes capaces de disparar la liberación de mensajeros del dolor en las neuronas. Por esta razón se recomienda con preferencia tomar verduras de hoja verde como la coliflor, las lechugas o el brócoli. Lo ideal es tomar frutas y verduras frescas, procedentes de agricultura ecológica, que produzcan la menor irritación intestinal posible. Se sabe que casi la mitad de las personas con fibromialgia padecen además, de colon irritable, lo que justifica esta medida.
Por otra parte, las frutas son buenas por su aporte de vitaminas y minerales, pero se prefiere las más grasas, como el aguacate, que tiene un alto contenido de grasas insaturadas que mejoran el dolor. Las pastas, arroz y derivados, por su lado, no se recomiendan ya que la glándula adrenal suele tener una baja actividad en estos enfermos y les puede llevar a bajadas bruscas de azúcar en sangre con facilidad. En todo caso, si se toman, deben combinarse con carne y salsas -a la vieja usanza- para no sobrecargar el organismo con glucosa. De la misma manera, algunos estudios han encontrado que una cuarta parte de los pacientes de fibromialgia son intolerantes a la lactosa. Este hecho, unido a que los lácteos aportan grasas saturadas, hace que se recomiende disminuir su ingesta.
Se cree que las enfermedades que producen dolor tienen un desequilibrio en la quimica cerebral que lleva a alteraciones del ánimo, provocando una ligera depresión, sueño intranquilo y fatiga en muchos afectados. La tentación para muchas de estas personas es tomar café u otros estimulantes para tratar de aliviar estos sintomas, pero a la larga la cafeína les hace más daño.
Como alternativa, se recomienda que estas personas tengan una vida activa, practicando ejercicio a su nivel de esfuerzo a diario y también, que practiquen algún tipo de terapia de relajación que les ayude a un mejor control del dolor y de sus emociones. Y por supuesto, una buena calidad de vida exige una reducción al máximo del tabaco, el alcohol y los alimentos precocinados e industriales.
Se calcula que las medicinas logran aliviar el dolor entre el 30% y el 50% de su intensidad. Por ello, debemos confiar en la dieta y los cambios en nuestro estilo de vida para asegurarnos una buena calidad de vida y conseguir en la medida de lo posible que el dolor no ponga límites a nuestro bienestar.
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Marie