El estrés es una parte normal de la vida de toda persona y en bajos niveles es algo positivo puesto que nos motiva y nos ayuda a ser más productivos.

Sin embargo, demasiado estrés o una respuesta fuerte al estrés es dañina. Esto puede predisponer a tener una salud general deficiente, al igual que enfermedades físicas y psicológicas. El estrés persistente puede llevar a que aparezca ansiedad, que es una alteración que se acompaña de sentimientos de angustia, desanimo y nerviosismo. Aunque se trata de un trastorno emocional, se manifiesta en gran medida fisicamente, e influye sobre diversos órganos del cuerpo.

Entre los síntomas más frecuentes encontramos: dolor abdominal, diarrea o necesidad frecuente de orinar, mareo, sequedad en la boca o dificultad para deglutir, dolores de cabeza, tensión muscular, respiración rápida, frecuencia cardiaca rápida o irregular, sudoración, temblores, disminución de la concentración, fatiga, irritabilidad, problemas sexuales, dificultad para dormir y pesadillas.

Dentro de los trastornos psicológicos que incluyen ansiedad se encuentran el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno ,de pánico, las fobias, el trastorno de estrés post-traumático y el trastorno de ansiedad social entre otros. En todos los casos debe solicitarse la valoración por especialistas para iniciar tratamiento. De hecho, se cacula que más del 20% de la población sufrirá ansiedad en algún momento de su vida. Las mujeres tienen el doble de probabilidades de presentarla, dado que hay circunstancias que acentúan la ansiedad y que están relacionadas con los cambios hormonales asociados a la sexualidad femenina como el síndrome premenstrual, el embarazo y la menopausia.

Para evitar que la ansiedad se acentúe y se agrave, resulta eficiente y sana identificar las causas que la provocan. Cuando es dificil manejar la ansiedad, es necesario no 'refugiarse' solo en la comida y encontrar salidas para canalizarla. Puede servir de ayuda buscar un ejercicio placentero ya que libera endorfinas, hormonas que contrarrestan el efecto orgánico de la ansiedad.


Dieta y emociones:


La estrecha relación entre la comida y las emociones es evidente. Con la ansiedad crecen los niveles de adrenalina, lo que reduce la capacidad para el autocontrol, haciendo al individuo más susceptible de seguir comportamientos malsanos como fumar mas o comer demasiado.

En muchos casos, iniciar una dieta para perder peso puede llevar a una situación de ansiedad. Las dietas muy restrictivas, que generan hipoglucemias por mantenerse en ayunas durante muchas horas pueden provocar una situación de ansiedad contra producente que conduce a una necesidad de ingerir alimentos calóricos para contrarrestar dicha situación, llegando a engordar en vez de adelgazar. De ahí que siempre deban emprenderse las dietas bajo control médico, ya que de esa forma evitaremos seguir una dieta contraproducente, desequilibrada o que lleve exactamente a lo contrario de lo que pretendemos conseguir al hacerla.


Lo que debemos evitar cuando hacemos dieta


Existen varios elementos que pueden influenciarnos negativamente cuando hacemos dieta y, en consecuencia, llevarnos a una situación de ansiedad que nos impedirá lograr los objetivos que nos hemos propuesto.

Debemos tener presente que seguir una alimentación sana y equilibrada es fundamental para el buen funcionamiento del organismo y que la decisión de hacer dieta es algo muy importante que nos puede reportar enormes beneficios si hasta el momento hemos seguido unas pautas alimenticias poco recomendables o poco saludables.

El paso más importante, que es decidir hacer dieta, ya lo hemos tomado y es ahora cuando se
nos abre un mundo de sensaciones, no todas ellas agradables, que debemos aprender a controlar y combatir para lograr el éxito que estamos buscando.

Tener la supervisión de un dietista nos ayudará a lograrlo ya que, además, establecerá unas pautas que evitarán situaciones de angustia y estrés. Pero en cualquier caso, hay algunas pautas que podemos evitar en general y que nos evitará situaciones contraproducentes durante la dieta.


Se trata de cuatro conductas que no son saludables en general y que contribuyen a aumentar la ansiedad:

• Dietas desequilibradas en las que se produce una ingesta insuficiente de hidratos de carbono, vitaminas y sales minerales, nutrientes todos ellos necesarios para el buen funcionamiento del sistema nervioso.

• Malos horarios alimenticios, como realizar solo 2-3 comidas al día muy distanciadas entre ellas.

• Consumo habitual de bebidas alcohólicas o estimulantes y tabaco.

. Falta de descanso

Fuente: Cocina Sana y Natural

Dra. Marta Diaz


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2 Comments:

  1. Unknown said...
    Tiene toda la razón del mundo!!!!
    Mar said...
    Pues si, tiene muchísima razón..

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